miércoles, 4 de marzo de 2015

SECTOR SECUNDARIO



El sector secundario (20% de la población ocupada en el año 2012) comprende las actividades económicas destinadas a la transformación de las materias primas: industria y construcción. 
A principios del siglo XX, incluía un escaso porcentaje de la población activa española (16%), debido al insuficiente desarrollo industrial, pero durante el primer tercio del siglo XX creció con el impulso dado a la industria y a las obras públicas. La Guerra Civil y la posguerra abrieron un paréntesis en ese crecimiento debido a las consecuencias que tuvo para el sector la política autárquica del régimen franquista. 
En la década de los 60, la situación fue superada produciéndose un auge del sector secundario, basado en el impulso de la industria por los planes de desarrollo y en el aumento de la construcción en las ciudades industriales y en las áreas turísticas. Desde el año 1975, la población activa en el sector ha entrado en decadencia, generada por el trasvase de la población activa hacia el sector servicios. No obstante, cabe destacar que la modernización de la industria ha conllevado la aparición de nuevas tecnologías que requieren menor cantidad de mano de obra, dando lugar a la llamada terciarización de la industria. 
En el año 2013, la estructura del empleo de la economía española, registra en la industria un 13,6% y en la construcción un 5,8%. Respecto al PIB, la industria y la energía suponen un 17,5% y la construcción un 7,8%. 
El sector secundario comprende las actividades económicas que permiten la transformación de materias primas en otros productos que puedan satisfacer las necesidades humanas. Pueden ser consumidos directamente o bien, ser utilizados como materias en otras industrias (productos semielaborados). Estas actividades son la industria, la producción de energía y la construcción. 
La industria surge a finales del siglo XVIII en Inglaterra dentro de un proceso conocido como la Revolución Industrial. Es la actividad que más sobresale dentro de este sector. 
El proceso industrial se caracteriza por emplear máquinas movidas por una fuente de energía, división del trabajo: el trabajador se especializa en una fase de producción y los trabajadores desempeñan su labor en un determinado espacio que se denomina fábrica. 
Las materias primas son los recursos que se extraen de la propia naturaleza y que se transforman mediante un proceso industrial. Se clasifican, teniendo en cuenta su origen en materias primas de origen vegetal, materias primas de origen animal, materias primas de origen mineral y materias primas de origen artificial.
Mencionar los tipos de industrias que existen:

1. Industrias pesadas: transforman las materias primeras en productos semielaborados. Son la industria metalúrgica, química pesada.

2. Industrias de bienes de equipo: transforman los productos semielaborados por la industria pesada en bienes y productos acabados. Son la industria de la madera, construcción, material de transporte, agrícola e industrial, aeroespacial.

3. Industrias de bienes de uso y consumo (industria ligera): fabrican productos que se destinan al consumo directo. Son la industria electrónica e informática, química ligera, alimentaria, automovilística, textil,

A tener en cuenta que durante el trascurso de los últimos decenios, nuestra protagonista, la industria, se ha visto modificada a causa de diversas transformaciones ocasionadas por los avances que se están desarrollando en el ámbito tecnológico. 
Para finalizar el apartado del sector secundario, soslayar las consecuencias tanto directas como indirectas de la industria en nuestra naturaleza.

1. Algunos efectos negativos son la contaminación de las aguas a causa de los vertidos provenientes de los núcleos urbanos, las fábricas sobretodo.

2. La situación, cada vez más notable, de la escasez de los recursos naturales.

3. Contaminación atmosférica (lluvia ácida, efecto invernadero y una consecuencia que pasa más desapercibida es la rotura de la Capa de Ozono). 

El sector secundario aporta el 39% del PIB y genera empleo para el 26,5% de la población activa. Aunque la producción industrial crece en cifras absolutas, su participación en el conjunto de la economía nacional ha ido perdiendo peso relativo, desde la década de los ochenta ante el crecimiento del sector terciario.
La recuperación industrial española producida en los años noventa y hasta 2008 se caracterizó por el dinamismo de las PYMES y una tendencia cada vez mayor a la deslocalización y la terciarización industrial. La deslocalización industrial supone el traslado de la producción industrial fuera del territorio español. 
Los principales problemas que afronta hoy el sector secundario español son su escasa productividad, la excesiva dependencia del capital extranjero, su escasa capacidad de innovación tecnológica (I+D+i), la competencia de los países asiáticos emergentes y la desigual distribución de la industria por el territorio nacional. 
En Extremadura la industria que más beneficio aportaría a la economía es la denominada agroindustria. Se trata de transformar las materias primas en productos elaborados. Sería muy rentable dado que contamos con productos de valor que se comercializan en el exterior a un precio más elevado dejando los beneficios fuera pudiendo realizar en nuestra tierra el proceso completo de elaboración.
Un ejemplo muy significativo es el cerdo ibérico. Se cría en las Dehesas Extremeñas para elaborar los jamones y sus derivados en otras Comunidades como son Salamanca, Huelva, entre otras. Lo óptimo sería que esto no fuera así y que toda la producción quedará en Extremadura aportando mayores beneficios.


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