El sector primario
es el encargado de obtener los recursos de la naturaleza que son vitales para
el sostenimiento del ser humano. Dentro de este sector son cinco las
principales actividades: agricultura, ganadería, explotación forestal, minería
y la pesca.
Para la obtención
de las materias primas es necesario que el hombre cree lo que se denomine el
espacio agrario, que es la alteración de un espacio natural para usarlo como un
aprovechamiento agrícola, ganadero o forestal. Así pues, para crear el espacio
agrario se necesitan dos factores: los físicos y los humanos.
Dentro de los
factores físicos encontramos los que están relacionados con la temperatura, las
precipitaciones, la orientación del terreno, la altitud, la orografía y el
suelo. Con respecto a los factores humanos destacan el crecimiento de la
población, el desarrollo técnico y tecnológico, las condiciones económicas, la
propiedad, el tipo de explotación, el régimen de tenencia de la tierra, la
política agraria y los aspectos culturales.
La estructura del
espacio agrario está compuesta por la unidad mínima de cultivo, que es la
parcela. La parcela puede tener un tamaño pequeño, mediano o grande y su forma
puede ser regular o irregular. Los límites de las parcelas pueden estar
cerrados (bocage) o abiertos (openfield); estas características están muy
marcadas en España por el proceso histórico de la Reconquista, marcando el
paisaje agrario entre el norte y sur peninsular.
Por otro lado, el
espacio habitado es donde se asienta la población y puede ser disperso, cuando
la población habita en casas o caseríos diseminados por el campo, muy común en
el norte de España, o concentrado, cuando la población vive en localidades que
centralizan los servicios, característico de la parte meridional del país.
En cuanto a las
actividades que engloba el sector primario las más importantes son:
Agricultura: es la práctica más importante del sector primario y
se puede dividir según el tipo de cultivo en herbáceos (cereales y hortalizas),
arbustivos (vid o tomatera) y leñosos (olivares, cítricos, frutales).
Según el tipo de
cultivo puede ser: monocultivo, cuando se cultiva un solo producto o
policultivo cuando se cultivan varios productos, normalmente para autoconsumo.
Según la forma de riego se diferencian dos prácticas: regadío, cuando se
necesita infraestructura hidráulica, y de secano, cuando sólo es necesario el
agua e las precipitaciones.
Ganadería: es la crianza de animales y puede dividirse por
especie: ovino, vacuno o bovino, porcino, avícola y caprino. Según la forma de
explotación puede ser extensiva, si la cabaña ganadera está al aire libre y
consume pastos naturales, o intensiva, aquella que está estabulada.
Pesca: es el aprovechamiento de los animales acuáticos y
puede ser de tres tipos: artesanal o de bajura (cercana a la costa), de altura
(cuando se está varios días fuera) o de gran altura (cuando se dedica a ello
varios meses).
Explotación
forestal: es la extracción de
recursos de la superficie boscosa para la obtención de madera, frutos o corcho.
La explotación de los bosques debe ser resiliente para no poner en riesgo la
subsistencia del propio bosque.
Explotación
minera: es la extracción de minerales
de la corteza terrestre, es una de los sectores más importantes para la
economía de muchos países y fundamental para el sector industrial, sobre todo
el de bienes de equipos, ya que gracias a esta práctica se pueden fabricar los
elementos tecnológicos como móviles u ordenadores.
El peso del sector
primario en España ha ido descendiendo paulatinamente desde comienzos del siglo
XX. Cuando más peso tuvo en nuestra economía fue en 1910 cuando nuestro país
era eminentemente. Con el desarrollismo industrial de la década de los sesenta
y el éxodo rural hacia las zonas urbanas el sector primario comenzó a descender
de manera notable. Actualmente aporta al Producto Interior Bruto en torno al
5%.
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